Justicia para la mujer maltratada y justicia para las denuncias falsas.Y para los causantes castigos ejemplares.
Yo acababa de cambiar de IES y de pareja y la vida me sonreía. Cuando la felicidad es demasiado grande, cuando a uno le curan una herida demasiado mala, cuando todo es demasiado bonito como nos estaba ocurriendo a mí y a Cantó, sólo hay un presentimiento que un hombre sensato puede tener: algo está a punto de joderse.
He aquí un ejemplo de denuncia falsa que a mí se me hizo por una alumna del IES "Severo Ochoa" de Alcobendas, la entonces menor Patricia Jiménez Picazo, acompañada de sus padres y los de otra compañera que no cito porque presumo que pueda ser todavía menor de edad, el 3 de Noviembre de 2009 por presunto acoso sexual y exhibicionismo. (Decían haber recibido unas vídeo llamadas, donde el que las hizo estaba desnudo)
Yo, días atrás, había enviado a Patricia al pasillo durante mis clases, al no mostrar la más mínima compostura en el aula.Y había amenazado con denunciarme.
No hay ninguna acusación que cause más estragos en una persona que ésta. Es como si la tierra entera se me hubiera caído encima del cogote. Se me apartó del trabajo, se me condujo al calabozo, se rompió mi honor en mil pedazos, el infierno se personó y se instaló en mis entrañas.
Cada vez que lo recuerdo, el alma me pesa por tanta traición.
Desde la misma directora del IES que,de manera involuntaria y tal vez no madurada, y dando pábulo a no sé qué comentarios, instó a los padres a efectuar la denuncia sin que mediase una entrevista entre ellos y yo mismo, al mismo comisario de policía, conocido y vecino mío que se lavó las manos como Pilatos, conociendo como conocía que mi persona no podía ser de esa calaña. Él me negó como Pedro a Cristo.
A ambos les digo citando a Mateo, capítulo 7, versículo 2.
“Como juzguéis a otros, así seréis juzgados, y la misma medida que apliquéis a otros, a vosotros se os aplicará.
Solo Quique, mi hijo y María Ángeles, mi pareja me dieron un apoyo incondicional que nunca podré olvidar. Sin ellos no sé lo que hubiera hecho.
Y reconozco que Maite me hizo visitas al CTIF que me proporcionaron gran consuelo.
Hasta el 11 de Mayo de 2011 no se me quitaron las medidas cautelares impuestas, tras instar a la juez que, como yo no había hecho las videollamadas que se me imputaban, investigara el teléfono de las denunciantes y tras comprobar que el autor de los hechos había sido un joven de Fuenlabrada: David Redondo González, que a su vez aseguró que tomó ese teléfono de un programa de intercambios sexuales que se emitía por una televisión, con lo cual la misma denunciante, insisto una menor tenía acceso, sin el control paterno, a esos submundos.
No me importa la desilusión ni los pensamientos deprimentes, porque de esa vegetación está mi jardín infectado y ya he aprendido, incluso a darle forma a los setos.
Yo siempre he sospechado que si Dios existe, ha de ser partidario de la simetría y contrario de lo incompleto. Por ello confío en que cuando le muestre la mercancía de mi vida y todos los sufrimientos que esta gente me ha hecho pasar, condescenderá a pagar por ella una recompensa razonable porque los humanos han hecho poco para resarcir este tremendo error, que me ha tenido crucificado e insomne durante todos estos años.
Todavía sigo batallando. El tribunal de Menores no ha querido tramitar una querella de indemnización que puse por la vía penal y ahora, que voy por la vía civil, una jueza, ¡oh casualidad!, se ha tenido que inhibir por parentesco con la denunciante.
Todo ello me produce náuseas y un asco profundo.Espero que se me haga justicia y que al final de este larguísimo proceso resplandezca la verdad.Y que restituyendo mi honor, se me quite por lo menos la pesada carga de saber que las denuncias falsas no quedan impunes.
José Luis Muñoz Gómez 12/03/2013
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Con fecha 19 Mayo de 2016. la Audiencia civil de Madrid, sección undécima, reconoce que la policía ha descubierto que yo no era la persona que enviaba los vídeos sino un joven de Fuenlabrada.
Y Cesáreo Duro Ventura como presidente y las magistrados María José Rodriguez Duplá y Margarita Vega de la Huerga me condenan a costas que ascienden a casi 40.000 euros.
La justicia está podrida y esta es la prueba.
Te acusan de algo que no has hecho, y demuestran lo contrario.Que fue otra persona.
Solicitas indemnización y no te la dan, pero has de pagar los gastos porque no ha habido mala intención.
¡Que se pudran en su salsa y no salgan del infierno!.
Las denunciantes fueron:
Patricia Jiménez Picazo de Alcobendas
Carmen Teresa Marino Delgado de Alcobendas
Y el autor de las videollamadas David Redondo González de Fuenlabrada
Por si insisten en denunciar falsamente a más personas.
¡Que se sepan sus nombres!.