Habitualmente, situar en nuestra vida a una ex-pareja no es nada fácil. No es un amigo o amiga, pero tampoco es un desconocido y además conoce muchas cosas íntimas de nosotros… e incluso puede que el amor siga presente. Realmente no es la falta de amor lo que rompe a la mayoría de las parejas, sino los desencuentros, las incompatibilidades o los malos gestos: dejando así un sentimiento fuera de su hábitat.