jueves, 10 de enero de 2013
Palabras de júbilo pronunciadas en el IES "Severo Ochoa" de Alcobendas con motivo de mi jubilación.
Uno siempre piensa que estas cosas no le van a ocurrir a él; que esto sólo sucede a los demás. Pero, lo cierto es que todo llega y, aunque se dice que "no pasan años, sino que pasan cosas", la realidad es que hoy estamos aquí porque han pasado años y han pasado cosas.
Llevo 42 años en la docencia. Parece que fue ayer cuando con 18 años, recién cumplidos, el inspector, que un día me fue a visitar a una escuela rural, preguntaba quien era de todo el grupo, el profesor, pues mis primeros alumnos eran grandullones. Esos grandullones y otros muchos que han pasado por mis manos me han enseñado que todos nos influenciamos permanentemente unos a otros, que todos somos maestros y que todos somos discípulos. Y esa es la verdadera grandeza de la vida: Que, al margen del papel que representemos, estamos influyendo en los demás, positiva o negativamente.
Tengo la enorme satisfacción de haber recibido de la mayoría de vosotros una influencia positiva. Y las pocas negativas, que también he tenido han hecho crecer en mí el lobo del perdón, el de la indulgencia y el de la misericordia como cristiano que soy. –No así, el del olvido- El otro lobo: el del odio, el de la revancha, el de la perfidia, el del resentimiento, lo tengo enjaulado en casa.
A vuestro lado he aprendido mucho. Y sé que esté donde esté, llevaré conmigo algo de cada uno de vosotros: una palabra, una frase, una idea, un chascarrillo, una imagen, una actitud, una voz, un chiste, un suceso...
Sé que todos vosotros, sin excepción, formáis ya parte de mi vida, como sé que yo también formo parte de la vuestra, espero que para bien.
Gracias, pues, por lo que me habéis enseñado, por vuestra ayuda y por vuestra amistad.
Guardo la secreta esperanza de que cuando, pasados unos años, os acordéis de mí, os aflore al corazón un regusto de simpatía, de alegría y de amistad que se traduzca en vuestros labios en una sonrisa de afecto.
Mi agradecimiento a las personas que se pusieron en contacto conmigo para darme ánimos y apoyo en los momentos duros y difíciles.
Mi gratitud a esta profesión que me ha permitido dar lo mejor de mi mismo.A todos, muchas gracias. … Y hasta siempre.José Luis Muñoz(Junio 2011)
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Bonita despedida
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