jueves, 7 de abril de 2016

A MI HIJO QUIQUE

Has sido padre y te encuentro colmado de felicidad. Pero me atrevo a contarte este cuento de origen oriental: Un sabio le dijo a su alumno que buscará la felicidad dando un paseo por su palacio y volviera dos horas más tarde -Pero quiero pedirte un favor, añadió el sabio entregándole una cucharilla de té en la que dejó caer dos gotas de aceite. -Mientras camines lleva esta cucharilla y cuida de que el aceite no se derrame. El joven comenzó a subir y bajar las escaleras del palacio manteniendo siempre los ojos fijos en la cuchara. Pasadas las 2 horas retornó a la presencia del sabio -¿Qué tal pregunto el sabio? viste los tapices de Persia que hay en mi comedor, viste el jardín que el maestro de los jardineros tardó 10 años en crear reparaste en los bellos pergaminos de mi biblioteca. El joven avergonzado confesó que no había visto nada Su única preocupación había sido no derramar las dos gotas de aceite en el sabio le había confiado.Pues entonces vuelve y conoce las maravillas de mi mundo, dijo el sabio -No puedes confiar en un hombre si no conoce tu casa. Ya más tranquilo el joven cogió nuevamente la cuchara y volvió a pasear por el parque esta vez mirando con atención todas las obras de arte que adornaban el techo y las paredes de los jardines las montañas a su alrededor, la delicadeza de las flores el esmero con que cada obra de arte estaba colocada Cuando regresó a la presencia del sabio relató detalladamente todo cuanto había visto -Pero ¿dónde están las dos gotas de aceite que te confié? El joven miró la cuchara y se dio cuenta de que se le había derramado. Pues éste es el único consejo que puedo darte: “Observa todas las maravillas del mundo pero sin olvidarte nunca de las dos gotas de aceite en la cuchara” Yo sé que lo hombres, a menudo actuamos de buena fe,y más cuando estamos enamorados, pero... Las dos gotas de aceite quizás residan en que la familia estamos deseosos de ver y de tratar a Alba, porque de nuestro contacto depende mucho nuestra futura relación -los niños al nacer son como un ordenador- y sus primeros archivos son los más importantes porque van a ser "archivos base", ésos que van a permanecer siempre, porque nadie consigue borrar, Si se la priva de ellos, serán reemplazados por otros, Dios y tú mismo no lo quieran

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