martes, 26 de septiembre de 2017

PEQUEÑAS LECCIONES DE HISTORIA

Hay tres mujeres dedicadas a la política, que desde la muerte de Franco me han llamado mucho la atención por su inteligencia: Carmen Díaz de Rivera, María Teresa Fernández de la Vega Sanz y Soraya Sáenz de Santa María. La primera de ellas, como todos recordamos, era la mano derecha de Suárez. Una mujer que a los 17 años le dijo a su madre que se quería casar con su novio, del que estaba apasionadamente enamorada. Desautorizada, tras muchas pesquisas comprobó que su madre había tenido una doble vida familiar, que no era hija del que creía ser su padre y que el amante de su madre, el todopoderoso Serrano Súñer, era su auténtico padre y también del novio con el que pretendía casarse. En este inciso diré que Serrano Súñer estaba casado con una hermana de Carmen Polo mujer de Franco. Y que éste, enterado de su doble vida familiar. le destituyó de casi todos sus cargos. Rota de dolor se internó en un monasterio de clausura y pensó en suicidarse. Lo intento hacer de una manera constructiva dada su condición de católica. Marchó a África a ayudar a los mas necesitados, sin vacunarse de nada, pensando que así cogería alguna enfermedad mortal y al cabo de unos años volvió a España con aún más salud y belleza de la que partió. Se enroló en sindicatos de izquierda y después fue fichada por Suárez para ser la jefe de su gabinete.Hay hay quien sugiere que la legalización del PC de Santiago Carrillo fue inspirado por ella. Todos recordamos lo que Suárez sufrió con los cánceres de sus tres mujeres más queridas, los de su mujer Amparo, el de su hija Sonsoles y el de Carmen Díaz. Esa bellísima mujer llegó a decir a cierta prensa que jamás el presidente, si el rey padre, le hizo nunca una proposición deshonesta. En un libro de Luis Herrero "Dejé de pronunciar tu nombre" está recogida esta triste y bella historia personal y de amor, de una mujer que me cautivó en su día.

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