Soy de vicios refinados, cómo por ejemplo: me he vuelto adicto a la paz y a mi estado de tranquilidad.
No quiere decir que no esté en guerra, al contrario, batallo más que antes, pero la diferencia es que no permito que nadie me robe mi esencia, que nadie ultraje mi ser y menos, que me sometan en su forma de vivir.
Mis adicciones me llevan a la libertad, como tomar un lápiz y escribir sin parar,
como reírme por todo y por nada aunque caigan lágrimas de mi alma.
Me he vuelto adicto a soñar pero anclado a la tierra, volando por los aires,
visitando otros cielos pero con el paracaídas bien puesto.
Me he vuelto tan adicto al amor que ya tengo la voluntad de decir:
—De esta me enamoro yo.
Y lo mejor de todo, en un chasquido de dedos la saco de mi corazón.
Adicto a los mejores vicios: la vida, el amor, la paz y soñar.
Y por qué no... Tú.
Si, me encanta traerte a mis pensamientos, alojarte en este torbellino de mi corazón y en él crear una fantasía de amor.
Quizás me leas, quizás no, quizás solo soy un loco de la música, quizás te de miedo tanto vicio en mi corazón, quizás te de curiosidad, quizás y solo quizás…
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