martes, 21 de abril de 2015
MUERTE DE UN PROFESOR EN BARCELONA:
Llevo unos años analizando el comportamiento humano y observo que, desde hace una década y sobre todo hoy en día, a las personas les gusta reclamar sus derechos y muy pocas veces se acuerdan de sus deberes.
Leo hoy, que un profesor ha muerto a manos de un alumno en Barcelona y aprovecho que en este tiempo ha caído en mis manos el libro de Rafael Santandreu, otro barcelonés "El arte de no amargarse la vida", que me está resultando un bálsamo para mi mente y que a lo mejor tiene las claves para esclarecer los motivos de tan funesto acto.
El libro nos proporciona ayuda a no terribilizar en situaciones varias y a eliminar las creencias irracionales, cuando exageramos la relevancia de las adversidades, por falsas, inútiles y porque nos hacen sufrir.
Incluso yo, que era una persona algo asertiva, estoy poniendo en tela de juicio mis pensamientos en aras a las explicaciones que Santandreu da a continuación. Y hago míos estos pensamientos:
"La asertividad se define como la capacidad de expresar lo que uno piensa y siente en cada momento. Por ejemplo , si alguien se cuela en la copla del pan, la persona asertiva se atreverá a quejarse.
Se han escrito muchos libros para ganar autoestima y desarrollar la asertividad, pero yo creo que están equivocados porque lo único que hacen es envalentonar a las personas a reclamar sus derechos y no contribuye a pacificar el mundo sino a encenderlo, todavía más, haciendo que los nuevos asertivos se vuelvan agresivos.
Nosotros no creemos en la reclamación sino en la amigable declaración de que existe otra manera de hacer las cosas: somos demasiado fuertes como para renunciar y no necesitamos discutir.
Puedo decirle a la persona que se ha colado: "Creo que estaba yo antes que usted pero no me importa perder un minuto y que pague usted antes que yo. Seguramente, la persona que se ha colado dirá lo mismo y el problema se ha solucionado.
Más que afrentar a nadie, insistiremos las veces que haga falta en nuestra queja o afirmación, alzando la voz con calma, tranquilidad y buenas palabras o abandonaremos la situación porque tampoco necesitamos la colaboración de la persona que nos afrenta.
Y termino preguntándome: ¿Quien ha hecho que en España haya crecido tanto y tan desaforadamente la asertividad?
Mi respuesta es que han contribuido mucho los partidos de izquierdas y los movimientos feministas.
¡Quitenme la razón si no la tengo!
jueves, 16 de abril de 2015
Amor mio
Amor mío:
Gracias porque mi felicidad es mayor compartiendo mis anhelos y caminos de la vida contigo.
Desde el momento en que coincidimos en aquella discoteca, mi ser sintió que eras especial.
Nos unen varios puntos en común: nuestro amor propio, el placer de contemplar la belleza en todas sus manifestaciones, la
admiración por la naturaleza, el gusto por conocer diferentes lugares de este planeta que, algunas veces visitamos de manera descomplicada con vuelos de sólo un fin de semana y también, nos atrae el conocimiento por las nuevas tecnologías, somos unos hedonistas y estamos comprometidos con hacer este mundo mejor.
Es tan fácil nuestra convivencia, cariño. El respeto, el ponernos cada uno en los zapatos del otro y sincerarnos en lo que realmente sentimos, son nuestra bandera.
Me has enseñado tantas cosas de ti y yo de mí, que cada día sentimos más admiración y devoción el uno por el otro.
Sabes de mis miedos y cómo me gustan las iglesias-catedrales y sé cómo recolocas tu casa y sé cómo planchas, cómo cuidas tus plantas y tu mejor fórmula para resolver nuestros conflictos.
Cielo mío, es bonito nuestro esmero por hacer cada día mejor nuestro amor. Contigo me siento como niño en parque de diversiones. Mi felicidad rebosa.
Pienso que valió la pena luchar tantos años por ti. Porque aunque me decían que era un exigente en esto de encontrar el amor, has llegado a mí superando las expectativas.
Amor mío, te amo con todo lo que soy.
Nuestra sexualidad es extraordinaria querida mía. Todo me gusta de ti y la química que en mí ejerces ninguno me la había hecho sentir. Sólo con un beso tuyo, quiero más y ese más siempre está acompañado de inmensa pasión y creatividad. Vamos, somos el Albert Einstein de la cama y como bien dice Ricardo Arjona: “el afrodisíaco más cumplidor no son los mariscos sino el amor”.
Te amo tanto, tanto.
No quiero apartarme de ti y, cuando seamos longevos, me gustaría pasar tiempo hablando sobre nuestras vivencias plasmadas en centenares de fotografías y la preferida será aquella en la que en la cima de nuestro cerro decidamos unir nuestras vidas..
Me despierta un wassaps de mi hijo Nachete, en mi teléfono marcando las ocho de la mañana, doy medio giro para abrazarte y no estás.
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